Porque si tu amor se fue, tus amigos están aquí.
Si tienes que beber, tus amigos están aquí.
Si no te encuentras bien, tus amigos están aquí.
Si tú sientes que el sentido vas a perder,
tus amigos sabrán qué hacer.
El despertar de la lucidez puede no suceder nunca, pero cuando llega, si llega, no hay modo de evitarlo. Y cuando llega, se queda para siempre. Se entiende, aunque no se lo quiera aceptar, que la vida nace con la muerte adosada, que la vida y la muerte no son consecutivas, sino simultáneas e inseparables. Si uno puede conservar la cordura y cumplir con normas y rutinas en las que no cree es porque la lucidez nos hace ver que la vida es tan banal que no se puede vivir como una tragedia.
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