EN EL GIMNASIO
El: te hago cosquillas.
Me: (mmmm este troglodita ya empezó) noo, esperame!! (15, 16, 17…)
El: o mejor te doy un beso
Me: (mmmm que no te rindes, no!!) no lo creo (3,4,5,6, ya vete que no tienes que hacer)
El: ¿porque?
Me: (porque no me gustas por eso), porque estoy haciendo mi rutina (que no ves)
El: -con una mirada de no te me vas viva- andale te hago cosquillas
Me: (¿por que me quitas el tiempo? no es no) no, esperate
El: ¿estas enojada?
Me: (no, pero estas a punto de lograrlo) no para nada (7,8,9….)
Unos minutos después….
El: ¿Cuánto te falta?
Me: (que te importa) 4 ejercicios mas..
El: ¿te espero chaparrita?
Me: (¿para que?) pues si quieres.
El: no te tardes
Me: (perdón!! Eres libre de irte cuando quieras) pues, todavía me falta lo mas pesado, pero si quieres mejor vete, ya es tarde.
El: no, te espero. –guiña el ojo-
Minutos mas tarde cuando ya casi termino…
El: que vas a hacer el sábado
Me: (aun nada concreto) pues ir a comer con mi familia y luego a la tocada de un cuate, (ja, ni creas que te iba a decir que nada)
El: a bueno, pero ¿te puedo hablar para ver si nos vemos el domingo no?
Me: (por desgracia hace algún tiempo te di mi numero, gran error) pues si quieres, pero no creo tener tiempo este fin de semana.
El: pero si vas a venir la semana que entra ¿verdad?
Me: (pues si, no pago la mensualidad para no venir) pues depende que tanto trabajo haya en la oficina.
El: pues nos tomamos unas chelas en la semana ¿no?
Me: no lo creo, estoy a dieta.
El: pero si estas muy bien –con su típica mirada lasciva-
Me: mmm, bueno ya me tengo que ir
El: bueno te acompaño
Me: (creeme que se me ir sola) bueno entonces vamos a esperar a fer.
El: -mueca de mmm ya que- órale
Ya para terminar….
El: bueno nos vemos o ¿quieres que te acompañe a tu casa?
Me: no, ya es tarde y me tengo que ir corriendo
El: bueno te hablo al rato
Me: (mmmmmmmm) como quieras
El: cuídate chaparrita
Me: (pero de ti) sale ciao.
El despertar de la lucidez puede no suceder nunca, pero cuando llega, si llega, no hay modo de evitarlo. Y cuando llega, se queda para siempre. Se entiende, aunque no se lo quiera aceptar, que la vida nace con la muerte adosada, que la vida y la muerte no son consecutivas, sino simultáneas e inseparables. Si uno puede conservar la cordura y cumplir con normas y rutinas en las que no cree es porque la lucidez nos hace ver que la vida es tan banal que no se puede vivir como una tragedia.
1 comentario:
Ha sido muy divertido. Como la vida misma.
No lo hubiera descrito mejor... Jajaja.
Me pregunto si la historia continuará...
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