Puedo imaginar pero no sé cómo se siente
Que el mundo se detenga cuando acaricia mi piel
Que las manos del reloj no giren si no está presente
Dicen que es tan suave, dulce y fluye como miel
Cuanto tiempo tardara
¿O no es para todos? ¿Por qué de mí se esconderá?
¿Dónde está? Quiero amar y sin pensar entregarlo todo
Quiero que mi corazón intercambie su lugar con el de alguien especial
Quiero despertar, te quiero encontrar y me quiero enamorar
El despertar de la lucidez puede no suceder nunca, pero cuando llega, si llega, no hay modo de evitarlo. Y cuando llega, se queda para siempre. Se entiende, aunque no se lo quiera aceptar, que la vida nace con la muerte adosada, que la vida y la muerte no son consecutivas, sino simultáneas e inseparables. Si uno puede conservar la cordura y cumplir con normas y rutinas en las que no cree es porque la lucidez nos hace ver que la vida es tan banal que no se puede vivir como una tragedia.
domingo, abril 22, 2012
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