viernes, diciembre 31, 2004

DOS CIELOS

Clausuro el portalon del año viejo
pero queda una timida rendija
por donde miran, tiernos y del sur,
los ojos blancos de mis muertos
con sus revelaciones que no cesan
y que presumo no van a cesar.
Crisis, cartas, latidos, inocencias
intentan deslizarse al año virgen
pero hay otras y otros
que prefieren quedarse
insomnes en su sabana
bajo un cielo ya antiguo.
Sé que el sol es el mismo
que la llivia y los hongos
son los mismos
pero el futuro es otro
más compulsivo y arduo
con épocas que estan
aún por invertarse.
No obstante en la rendija
inútil del pasado
hay árboles maltrechos
infancias distraidas
mares verdes y naufragos
pájaros que desmienten el olvido
y otro cielo sin nubes
a punto de entreabrirse.
Quisiera estar a solas
en ese parque añoso de tristezas
que conozco cantero por cantero
pero cada lugar tiene su tiempo
cada tiempo su marca
cada desolacion su maravilla.
Tengo el futuro a mis espaldas
alevoso y falaz, incalculable,
lo oscuro venidero me persigue
con su propuesta de cenizas
y su cielo velado, el de costumbre.
MARIO BENEDETTI

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